Soy un adicto, soy un adicto a ti (???)

Posted by | Posted in | Posted on 16:14

Muchos somos concientes que nuestras vidas estan plenas de algun tipo de adiccion. Ninguna es buena o mala, todas nos terminan condenando a algun mal peor, y no da para debatir sobre cada una de ellas, sino para hacerla sobre una en particular, y esta es la adiccion al uso de la internet. Ya no hablamos de adictos a una pc, hablamos de adictos a un mundo de posibilidades que nos empotra a una silla, hacia un mundo diferente que no precisamente tiene todas las palidas en su haber. 
El tema, justamente, es medir en dosis hasta que punto es necesario en la vida de cada uno vivir en esta virtualidad internetica que cada dia involucra mas gente. Redes sociales que simplifican las relaciones (siempre hablamos de virtuales, que al no tener a sujetos enfrente, simplifica la cosa); posibilidades ilimitadas de saber que joraca pasa en rincones inalcanzables, y tambien expresarnos masivamente, como sucede ahora mismo en este y en sus blogs.
Pero, suponiendo que un dia te das cuenta que lo tuyo finalmente es totalmente adictivo. Que vas por la calle mirando el celu y viendo que dicen tus amigos en el feisbuq, que entras al laburo y en vez de arrancar en esos bodoques insostenibles que resultan ser tus numeritos locos en una planilla Excel, comenzas leyendo, que se yo... esta porqueria (?). Lo tuyo definitivamente es una adiccion, y contra ello lucha un muchacho, que encerrado en su baño, paso cinco hermosos dias de cura reposando en su bañadera.
Mark Malkoff es comediante y cineasta y decidió pasar estos dias en su pequeño baño, para "desintoxicarse" de lo que el cree, es su adiccion a Internet. Un tipo que, como contaba en los ejemplos, se la pasaba en su notebook mirando mails mientras salia con minitashhhhh y jugaba a esos juegos pedorros del Feis (obvio, tambien le preguntaba su suerte a la galleta)
Decidio entonces aislarse en el lugar mas pequeño (e incomodo creo yo) posible de su hogar, con la sola compañia de un par de libros, un calentador, unos mapas y un guante de beisbol (¿si llevaba el bate rompia todo de la desesperacion?). Para no embolarse memorizo todos los presidentes estadounidenses, aprendió a localizar cualquier ciudad del mundo en el mapa, leyo libros, aprendió a tejer (hacete un gorro de lana!!!) y escribio una carta de amor a su esposa, todo esto para no tentarse con Internet (que amor!!!).
Claro que la desintoxicacion no es nada sencilla. Parece una boludez vivir sentado en la bañadera, pero el tipo, mas alla de amanecer entumecido (esto me recuerda un versito tangalanguero: Anoche mientras dormía soñaba con tus caderas, amanecí entumecido cagando en la escupidera) por tener el traste aplastado al ñoba, los dolores de espalda y por supuesto, tener que cerrar la cortina cada vez que alguien entraba a su baño rosita, para hacer sus necesidades...
La desintoxicacion suena dificil...

Y esta noche, la adiccion mas delirante
De 21 a... no se, hasta que se nos cante
Los Locos del Sotano!!!

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