El misterio de la mesera...

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 (De izquierda a derecha para la posteridad: Walter, Cholo, Jass y Kenneth)

Justo me estoy por ir a la Farola de Nuñez... local que trae infinidad de recuerdos, de anecdotas y de situaciones chistosas que atan otras cuantas charlas faroleras mas.
Teniamos un problema antes de caer en la Farola...

Los viernes con Cholo, con Walter y con Kenneth soliamos ir a comer a una pizzeria en San Martin.
Una de esas pizzerias caretas que estan pegadas a la parte mas centrica de los municipios.
En ella solia pasarnos algo extraño, algo demasiado genial pero a la vez, extraño.
Siempre la fija, empanadas y Pizza. Siempre la fija, todos cerveza y Jass... Coca Cola, obviamente.
Siempre la fija, la misma mesera... Siempre la fija: le pifiaba al resumen de la cuenta.
Si ud cree que le pifiaba para beneficiarse monetariamente, puede irse a otro blog y seguir su camino. Si elige la opcion B, esta acertado: esta mujer le pifiaba SIEMPRE a favor nuestro.
Nosotros... descolocados. Solia sacar la cuenta antes de recibirla, por que me gusta joder con tratar de "adivinar" cuanto gaste (es el juego familiar por excelencia) pero esta mujer siempre me terminaba dejando como un estupido cuando, irrisoriamente, su cuenta era mucho muy baja a lo estimado...

Nosotros llegabamos y siempre nos atendian al toque... siempre otra mesera, nunca la misma.
Pero vaya a saber el fato misterioso que se sucedia tras las puertas que dividen al comensal de las sabias manos del pizzero y sus ayudantas, siempre caia la misma chica para terminar atendiendonos, no importaba quien nos habia atendido antes ni que le habiamos pedido.
El punto era que existia un misterioso iman entre ella y la mesa de cuatro paparulos que caian exhaustos de sus clases magistrales de Periodismo (aca se vislumbra todo lo que aprendi en dichas clases magistrales no??? NOOOOOOO!?)
Asi comenzamos tambien a sacarle lustre a esta situacion, no sea cosa que desatentos con semejante dama gentil, haciendonos los osos, la terminaramos ofendiendo.
Pedir en dos tandas era una buena tactica... por que ella o se perdia o... o se embobaba con alguno de nosotros. Ese era el misterio o eso nos gustaba creer que sucedia.
Entonces Kenneth decia: Son los ojos del Lic, que la dejan estupida. Y yo retrucaba: yo creo que es el porte de Walter, que tiene mucho levante. Walter... no decia nada. Nunca decia nada. Cholo insistia en las gafas y la actitud del pianista.
Y uds diran: nadie se hace cargo??? tan bajoneros eran?
No... habia humildad, habia porte y habia estilo en esa mesa de galanes (?) como para creer semejante porfia del destino.
El dia que fuimos y no la vimos, la cuenta estuvo acertada. Y fue nuestra ultima actuacion en dicho lugar. Siempre nos sentimos culpables pero nunca, les juro NUNCA supimos quien tuvo la culpa (de que la rajaran)

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