Yo he escuchado muchas cuestiones acerca de lo que se hace con las cenizas de los difuntos. Muchos las tienen guardadas en jarrones, en lugares escondidos de una casa y hasta, cumpliendo los deseos del deceso en polvo; arrojados a aquellos lugares que caracterizaron o marcaron un antes y un despues en vida de aquel sujeto al que se termina honrando: el mar, un campo y hasta recuerdo un cuento del Negro Fontanarrosa ("Cenizas" justamente) donde el finado habia pedido ser esparcido en el medio campo del Gigante de Arroyito (previa negacion del canchero del club). El mismisimo Keith Richards, en tono jocoso (aunque no justamente, dando desconfianza a su comentario) admitio que se habia aspirado las cenizas de su padre con cocaina, para luego desmentirlo como "una broma de dia de inocentes".
En fin, mucho se cuenta de las cenizas pero jamas de los jamases habia leido algo similar a lo que les contare en breve, si es susceptible deje de leer aqui si lo cree necesario: Una dama se esta comiendo, de a poco, las cenizas de su difunto esposo.
La forma de sobrellevar el duelo fue dificil. La mina llevaba las cenizas a todos lados incluyendo almacenes, al super; hasta cines y restaurantes. La cuestion se fue yendo de las manos cuando un día las cenizas se derramaron en su mano. "Yo no quería perderlas porque eran de mi esposo. Así que sólo me lamí el dedo". Y aqui comenzo el problema: la mina ya se comio una sexta parte de su difunto compañero fallecido de un ataque repentino de asma.
A pesar que las cenizas segun Casie (la aspiradora de muertos) tienen un sabor como a "huevos podridos, arena y papel de lija", ha desarrollado un gusto "especial" por el polvo de la muerte y esto se podria explicar: es que las cenizas contienen tambien productos quimicos que pueden inducirte a lo que te provoca una adiccion.
¿Hasta donde puede llegar la mente humana cuando de duelos se trata?